domingo, 26 de febrero de 2012

Un ángel


¡Id con precaución, aparentemente es un servicio fácil pero no sabemos lo que nos vamos a encontrar!. Bajo la consigna de la persona al cargo, subimos los tres pisos de un edificio viejo que presentaba los azotes de un tiempo que había olvidado a las gentes que vivían en él.
Llegamos a la casa y la puerta estaba entreabierta. Un hombre nos aguardaba. Su mirada estaba cansada. Parecía resignado a una vida que se convierte en un callejón sin salida. Su cabeza cedía al peso de una gravedad que le obligaba a permanecer en aquel sitio sin escapatoria. Vestía andrajos rotos, descoloridos y sucios. Nos indicó dónde teníamos que ir y emprendió un camino con un paso lento y mostrando una pequeña cojera.
La casa no estaba limpia, había restos de comida sobre las mesas. Prendas de vestir dejadas al azar de una voluntad caprichosa y un profundo olor a quemado que provenía de la cocina.’ ¡Huele a quemado caballero. ¿Tiene algo al fuego?!. No- dijo el hombre- Ha sido un descuido con las tostadas.’. Un compañero se acercó a comprobar que el gas estaba cerrado y no había peligro ninguno.
El hombre abrió la puerta y allí estaba ella. Tumbada en la cama, dejada a la mano de Dios. ‘ Buenos días señora, ya estamos aquí.’ Tratamos de disimular el impacto que nos causó ver a la mujer de dimensiones desorbitadas postrada en la cama, seguramente, desde hacía mucho tiempo. La cara de la mujer era el reflejo de un dolor permanente. Parecía que la soledad era la única compañera que estaba cerca de ella cuando las horas parecían años y los días siglos. Imaginé que su marido (o su acompañante) trataba de facilitarle la vida, pero cuando la voluntad declina el destino se vuelve la mejor excusa para no hacer nada por nadie. Un sentimiento de pena sobrevoló nuestras cabezas. Miré a mis compañeros y, desde el silencio, sabía que todos estábamos compungidos por la situación. Pensé ‘Cómo hay gente que puede vivir así’
 Nos pusimos manos a la obra con el mayor de los cuidados, pero la dificultad era considerable. Fue entonces cuando vino la sorpresa. Por el umbral de la puerta apareció ella. Una pequeña de unos 10 años, sonriente. Estaba hecha un harapo pero la belleza de su cara y la simpatía que transmitía parecía no cuadrar en un contexto tan oscuro y abandonado. El color verde de sus prendas era el único foco de esperanza que alumbraba en ese hogar. Nos miraba con agradecimiento, felicidad. Parecía animarnos con todas las fuerzas, pero sólo esbozaba una sonrisa que nos ponía los pelos como escarpias. Era el rostro de un ángel que nos ayudó a entender que los peores agujeros conquistados por la desidia, tienen focos de luz y esperanza para revertir la situación.
Nos acompañó en toda la intervención. Nos animaba desde el silencio. No dijo una palabra, pero su sola presencia, lo dijo todo. Finalmente pudimos sacar a la mujer de la casa, y emprender la bajada por las escaleras y allí estaba ella. Levantando la mano y diciéndonos adiós. Regalándonos una sonrisa que jamás olvidaremos.
En el camino de vuelta, parecíamos afectados por la situación. Los ojos de mis compañeros miraban al pasado pensado en aquel ángel que vivía en un contexto tan difícil. ‘¿Os habéis fijado en la niña?, ¿Visteis su rostro, su sonrisa?- comentó el jefe- He tenido que hacerlo, he tenido que mentir y lo he hecho por aquella niña. No les cobrarán la intervención. Es que….¡parecía un ángel!’
Y con esas palabras nos fuimos, palabras que giran sobre nuestros corazones y que siguen impactando el recuerdo de una niña que sólo entregó su sonrisa al mundo.

jueves, 23 de febrero de 2012

Lo voy a conseguir

‘Lo voy a conseguir’ Estas fueron las últimas palabras antes de salir por la puerta. Me quedé pensando en que la vida no se presenta de igual forma para todos. Que unos tienen que luchar más que otros. Que unos tienen que vivir cosas que otros no lo harán jamás. Que unos necesitan hacerse fuerte a base de un coraje personal que se aprende cada día, en cada batalla. El concepto de igualdad y justicia parece que se quedan en ese mundo extraño de las ideas que una vez mentó Platón. Pero él era valiente. Había sabido asumir las responsabilidades que no le correspondían a su edad. Había sabido nutrirse de coraje y sacar adelante los propósitos que se iba proponiendo. Esta vez era un poco diferente. Había salido de casa por fuertes discrepancias con su padre y ahora sobrevivía en un piso compartido donde cada rincón de la casa estaba más cotizado que los euros que caben en un bolsillo. Necesitaba trabajar para vivir, necesitaba tiempo para cuidar a su abuela que no aceptaba la soledad pero apenas se podía mover, pero algo dentro de mi me provocaba una tremenda satisfacción. Fue la firme convicción que tenía de que las circunstancias, por duras que sean nunca iban a eclipsar su voluntad. ‘Lo voy a conseguir’. Una gran lección de aquel que sabe que para conseguir algo sólo hay que proponérselo. ‘Lo voy a conseguir’.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Ni todos son tan buenos ni todos son tan malos

‘¡Vinieron como animales y tuve que correr como una perra para que no me golpearan!’. Así me dijo que fue su despedida de la manifestación. Estaba convencida de sus ideales en pro de unos derechos que les corresponden a todos los menores pero no llegaba a entender que unos infiltrados aprovecharan su plataforma mediática para reventar sus reivindicaciones y sacar provecho personal, o por lo menos joder a los que mandan. Mientras hablaba sobre lo vivido en primera persona recordaba la cantidad de veces que la he escuchado en el aula tratando de justificar un sistema social en el que la gente pueda vivir con la suficiente libertad sin que otros se la pisoteen, y para ello necesitaban las normas, las reglas. Ese equilibrio necesario se expresaba en la indignación de haber tenido que correr ‘como una perra’ como ella dijo, cuando lo que estaba haciendo era luchar por una sociedad mejor, una sociedad en la todos pudiéramos disfrutar de nuestros deseos pero teniendo en cuenta las personas de nuestro alrededor. ‘Ahora ya no sé lo que hacer’, decía. ’Quiero seguir luchando y reivindicando lo que creo que es justo pero siento que se van a aprovechar de lo que hago. Tengo dudas’. Muchas cosas pasan por la cabeza de aquella que lucha por bajar a la Tierra unos ideales que considera que ayudaran a restablecer las relaciones sociales y conquistar derechos, pero que percibe que unos cuentos sacarán provecho del rebufo de su acción para chillar contra los que les salga de los cojones. ‘En parte entiendo a los policías, unos locos les abrieron la cabeza con botellas y tijeras’. La indignación y la incertidumbre sobre cómo se llevan a cabo las manifestaciones manipuladas son dos brazos de un cuerpo social que vivimos. Ni todos son tan buenos, ni todos son tan malos.

sábado, 11 de febrero de 2012

Carta de la AMISTAD a la EXIGENCIA

Carta de la AMISTAD a la EXIGENCIA
Querida EXIGENCIA;
He recibido tu solicitud para entrar a formar parte del equipo de trabajo que dirijo pero siento decirte no entras dentro del marco que supone mi estilo de trabajo. Desde hace mucho tiempo he tratado de seleccionar aquellos perfiles que más se adecuen a mi manera de ser. Tengo la inmensa responsabilidad de cuidar corazones cargados de sentimientos sinceros, entregados por personas de una manera voluntaria y eso supone un modo de proceder muy exquisito. Entiendo que pensaras que tu perfil podía caber en nuestro equipo, ya que aquellas personas que nos quieren disfrutar deben cuidarse las unas a las otras, pero desde luego no con una perspectiva cercana a tu perfil. Quiero, que cuando la gente diga en voz alta ‘AMISTAD’ no esté pensando en la EXIGENCIA que supone mantener esa relación. Nosotros somos un vínculo afectivo que requiere muchas cosas, pero NO EXIGENCIA. Soy consciente que te llevas muy bien con un miembro de mi equipo, EL COMPROMISO, pero hablando con él, me di cuenta que vuestra labor no es exactamente la misma. COMPROMISO me dijo que trabajaba muy a gusto conmigo porque no le marco plazos, no le pongo fecha de caducidad. Los humanos que nos solicitan, se regalan sus vidas los unos a los otros. Por eso le pedí a la LIBERTAD que viniera conmigo para ayudar a los demás. LIBERTAD se entiende muy bien con COMPROMISO, pero también con SINCERIDAD. Son un equipo de trabajo increíble y casi nunca se enfadan entre ellos. Imagino que será porque tenemos con nosotros a la mejor negociadora para los conflictos, la CONFIANZA.
Como puedes ver EXIGENCIA, nosotros formamos parte de un grupo de trabajo que quiere hacer felices a los demás. Tu forma de ser es perfecta para otros menesteres pero no para nuestro equipo de trabajo, la AMISTAD no necesita EXIGENCIA.
La LIBERTAD, el COMPROMISO, la SINCERIDAD y la CONFIANZA, te dan las gracias por acordarte de nosotros y te desean lo mejor.